mayo 19, 2016 | 2 comentarios |
El buen funcionamiento de una empresa depende de muchos factores. Depende del empleador, de sus empleados, del relacionamiento entre ellos y del trabajo en sí mismo. Y es precisamente cuando todas las partes están satisfechas que se logra el correcto funcionamiento de la empresa. Ahora bien, es fácil decirlo, porque en la teoría todo suena mejor, pero el enrollo viene en la práctica. Ya lo dijo la Organización Mundial de la Salud, el estrés laboral será la epidemia mundial del futuro.
Tiempo atrás, en este artículo, nos referimos a cómo es posible trabajar sin estrés e hicimos algunas recomendaciones para evitar que el trabajo sea sinónimo de ansiedad y preocupación. Ahora el foco lo ponemos en la figura del empleador y qué puede hacer él, desde su lugar, para evitar este mal que aqueja a sus empleados (y a él mismo, claro).
Hay elementos que si se manejan con mucho cuidado pueden prevenir situaciones estresantes, y es que el empleador sí que puede poner de su parte para que todos trabajen con felicidad, comodidad y alegría. A largo plazo, este impulso se verá retribuido con empleados felices; es decir: personas con ganas de trabajar, con altos niveles de productividad y con una baja tasa de ausentismo.
1. El lugar de trabajo.
El ambiente que nos rodea repercute en gran medida en nosotros y en nuestra forma de proceder. No es lo mismo trabajar en un cubículo minúsculo que en un lugar amplio, con espacio para descansar cinco minutos de la computadora.
2. La luz.
La poca o mucha luz pueden influir en nuestro trabajo diario. Parece exagerado, pero cuando trabajamos incómodos nos estresamos más de lo habitual. Además, resulta mucho mejor la luz natural a través de ventanas que la luz artificial.
3. Las sillas.
Una mala postura repercute en nuestro estado de ánimo. Es fundamental que las sillas sean ergonómicas y se adapten a todos los cuerpos. En este artículo detallamos cómo ser funcionario de PC y decirle adiós al dolor de espalda.
4. Las herramientas de trabajo.
Cuando no tenemos acceso a los recursos materiales que necesitamos, o cuando los aparatos que precisamos no están en condiciones para usarse y la situación se repite constantemente, perdemos tiempo y, lo que es peor, nos hace perder el foco en el trabajo.
5. El internet.
Al día de hoy, muchos de los trabajos de oficina dependen de una buena conexión a internet. Si no contamos con ese pilar básico, no podremos hacer bien el trabajo porque estaremos pendientes de cuestiones que en un principio no deberían ni ser una preocupación nuestra.
6. Carga mental del trabajo.
Es fundamental que el trabajador sepa desde un principio su rol en la empresa y sus funciones. Con el tiempo sabremos cuánto puede manejar y en qué tiempos, y entonces podremos exigirle lo que corresponde. Cuando se le pide un trabajo “para ayer”, o cuando se le pide mucho más de lo que puede, entonces se le generará una situación estresante que no contribuirá al correcto desempeño de sus tareas.
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