febrero 8, 2017 | 1 comentario |
Las grandes empresas son construidas con grandes líderes. Cuando hablamos de liderazgo, no solo hablamos del director o gerente, sino también de los líderes de cada área, tengan un rol directivo o no. Puede haber trabajadores que, naturalmente, son vistos como líderes en su equipo, aunque no tengan una posición de jerarquía formal. Líder no es sinónimo de jefe, pero sí es importante para que la empresa logre sus objetivos que los jefes tengan cualidades de liderazgo para motivar a los trabajadores. Cualidades que, en gran parte, se pueden estimular a través de la práctica de deporte.
Para infundir confianza en su equipo, un líder tiene que transmitir confianza en sí mismo. Es la única manera de empatizar con las personas que lidera y generar respeto. La confianza física que nos da el ejercicio al sentirnos y vernos mejor es clave para mejorar la autoconfianza.
Ser transparente y auténtico también es fundamental para inspirar confianza. Es muy difícil seguir a alguien a quien no se le cree. Ser uno mismo, mantener la apertura y dejar a un lado las poses es vital para un liderazgo saludable. ¿Y cuándo somos más auténticos que cuando hacemos ejercicio?
Amar lo que se hace es la única manera de inspirar a otros a que también amen lo que hacen. Trabajar en algo que nos apasiona siempre debe complementarse con otras actividades que también nos encanten; puede ser un deporte u otro hobby como bailar, pintar, sacar fotos.
Para tomar las mejores decisiones en pos de los objetivos de la empresa, un buen líder debe enfocarse en sus metas. Esto implica reducir las distracciones para no dispersarse en las cosas triviales del día a día. Entrenar todos los días es una excelente forma de agudizar el foco. Está probado que de dos a tres horas después de ejercitar llegamos a nuestro pico de capacidad de concentración.
En muchas ocasiones los líderes verán testeado su compromiso al tener que lidiar con problemas difíciles o personas difíciles. La paciencia es un don clave para mantenerse en control de la situación y confiar en que todo saldrá bien pese al panorama de obstáculos. Salir a correr y ejercitar es una buena forma de entrenar la paciencia y trabajar un poco cada día sabiendo que los resultados deseados llegarán.
Los líderes más reconocidos a lo largo de la historia han sido carismáticos. El carisma puede ser de muchas maneras, pero siempre implica tener un encanto especial, un poder de convocatoria que motiva, inspira y atrae a los demás. Está claro que hay algo innato en el carisma (y de hecho, si no se percibe como auténtico, puede generar el efecto contrario), pero también hay cualidades que se entrenan, y una forma de entrenarlas es haciendo ejercicio regularmente. Sentirse bien con uno mismo sin dudas potencia el carisma natural que ya tenemos.
La comunicación fluida, tanto verbal como emocional, es clave para el buen funcionamiento de toda empresa. Esa apertura al diálogo siempre debe ser fomentada por los puestos de liderazgo; y por eso ser buenos comunicadores y saber escuchar es importantísimo. Para mejorar las habilidades de comunicación puede ser positivo hacer deportes en equipo (remo, volley, tenis). También hay actividades de team-building específicas para mejorar la comunicación dentro del espacio de trabajo.
De nuevo, para lograr un equipo disciplinado que dé el máximo de sí, el líder tiene que ser el primero en mostrarlo. No puede exigir que su equipo trabaje más arduo si él mismo llega tarde todos los días. Pero además de ayudar en la convicción de su autoridad, la disciplina ayuda a afrontar dificultades con mayor preparación y a conquistar objetivos de forma más efectiva. Y qué hay mejor para acrecentar la disciplina que entrenar todos los días (cuanto más temprano en la mañana, mejor)
Un buen líder es un buen gestor, y para eso es crucial la capacidad de organización, no solo de las tareas del día a día (algo para lo cual puede tener ayuda), sino de gestionar los recursos a disposición para obtener los mejores resultados y resolver problemas. Para eso se precisa tener claridad de visión y capacidad de análisis, dos aptitudes mentales para las que el ejercicio es muy beneficioso.
¿Cómo lograr que un equipo sea optimista si su líder no muestra esta actitud? Sin despegar los pies de la tierra, el líder tiene que mostrar siempre una visión positiva incluso en situaciones de dificultad, para mantener al equipo motivado y animado. Ya hemos analizado varias veces cómo el ejercicio, así como la yoga y la meditación, son medios para aumentar el optimismo y ser más felices.
Comments are closed.
ActivoSaludable
Todo muy bien redactado y también interesante saludos desde Chile
11 octubre, 2017 at 1:37 am