agosto 11, 2016 | 3 comentarios |
La espalda es una de las partes del cuerpo que más sufre el esfuerzo del trabajo. De los dolores de espalda, quizás el más temido es la lumbalgia, una afección en la zona lumbar (parte baja de la espalda) de origen tanto vertebral como muscular. Puede ser un dolor punzante y puntual, derivado de un mal movimiento o esfuerzo, o ser una enfermedad crónica.
La lumbalgia (también llamada “dolor de lumbago”) es una de las enfermedades ocupacionales más frecuentes. Se estima que la mitad de las consultas están relacionadas con afecciones derivadas del trabajo, ya sea por problemas posturales, por estrés o por cargar peso excesivo sin las prevenciones adecuadas.
Consultar: Si estamos sintiendo dolor sostenido en la zona lumbar, lo primero es tener un diagnóstico correcto. Como en todas las enfermedades ocupacionales, cuanto antes se consulte al médico, más sencillo será erradicarla y menos posibilidades de que se transforme en una incapacidad. Antes de comenzar el tratamiento, es importante descartar otras razones para el dolor lumbar, como osteoporosis, infecciones o lesiones que requieran intervención quirúrgica.
Descansar: En las etapas de dolor agudo, está contraindicado el ejercicio, para que los músculos y tejidos puedan recomponerse. Además del tratamiento médico indicado, aplicar compresas de frío y/o calor ayuda a aliviar y desinflamar la zona.
Ejercitar: Una vez pasados los primeros días de recuperación, quedarse quieto no es la mejor medicina. Al contrario, el sedentarismo prolongado hace que el dolor también sea más prolongado. Una buena recuperación requiere ejercicios de baja intensidad para movilizar la zona y prevenir futuros dolores, siempre en rutinas progresivas. Se debe combinar ejercicios aeróbicos (de bajo impacto, como caminar), ejercicios de fortalecimiento (sobre todo de abdominales y espalda) y ejercicios de estiramiento especialmente pensados para la zona lumbar.
Los ejercicios de higiene de columna también son importantes para proteger la zona lumbar, al igual que la yoga, con algunas posturas especialmente recomendadas para la zona como extenderse de espaldas en el suelo con brazos extendidos y el foco puesto en la respiración.
Nadar: Entre los deportes, se recomienda principalmente la natación por su bajo impacto, ya que al estar en el medio acuático el peso del cuerpo no recae sobre la espalda. Eso sí, se sugiere un ejercicio suave, avanzando de forma lenta dentro de la piscina. El estilo crawl y espalda son los más indicados; se debe evitar el estilo mariposa que requiere un mayor esfuerzo de la espalda.
Cuidar la postura: Para una recuperación exitosa –y prevención de futuras afecciones- hay que seguir ciertas recomendaciones posturales. En primer lugar, evitar inclinaciones forzadas, y agacharse siempre flexionando las piernas (no doblando la espalda). No se debe sobrecargar la espalda y hay que mantener una correcta postura si nuestro trabajo exige levantar peso o estar en una misma posición durante largo rato.
Es bueno saber que las personas que hacen alguna actividad física regularmente tienen menos riesgo de padecer lumbalgia que las personas sedentarias. Si lo que queremos es prevenir el dolor de lumbago, la mejor medicina es el ejercicio.
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Me ha encantado vuestro articulo y me ha sabido a poco pero ya sabeis lo que dice el dicho “si lo bueno es breve es dos veces bueno”. Me gustara volver a leeros de nuevo.
1 diciembre, 2016 at 4:14 pmSaludos
Ver más datos
Gracias por compartir con todos nosotros toda esta practica información. Con estos granitos de arena hacemos màs grande la montaña Internet. Enhorabuena por esta web.
Saludos
5 diciembre, 2016 at 4:01 pmfisioterapia a domicilio tenerife
¿Que mas nos puedes explicar?, ha sido Genial encontrar mas informacion sobre este tema.
Saludos
29 diciembre, 2016 at 11:42 am