julio 27, 2016 | No hay comentarios |
¿Tenés que enfrentarte a un examen difícil en los próximos días y te cuesta retener toda la información? Quizás te está faltando dejar los libros por un rato y salir a correr. No solo los ejercicios teóricos nos ayudan a fijar el conocimiento. Al ejercitar el cuerpo, también estamos ejercitando la mente. Diversas investigaciones han probado que los beneficios de hacer ejercicio también se extienden a las habilidades cognitivas y a la memoria. Por eso es muy importante hacer ejercicio para estudiar mejor (o para trabajar en tareas que requieren procesar a diario grandes cantidades de información).
Hacer actividades físicas dos o tres veces por semana mejora la memoria a largo plazo, la capacidad de concentración y el enfoque, aptitudes fundamentales para estudiar con éxito. La activación cardiovascular y la oxigenación del organismo empoderan al cerebro, que queda mucho mejor preparado para las exigencias del estudio.
La liberación de endorfinas y la sensación de bienestar que producen mejoran el ánimo, lo cual es crucial para tener mayor predisposición a la hora de estudiar. Una sesión de ejercicio temprano en la mañana, antes de sentarse a estudiar puede ayudarnos muchísimo a encarar el estudio con la energía renovada.
Pero también es muy efectivo ejercitar después de estudiar, sobre todo si queremos memorizar algo. Un estudio publicado en junio por la revista “Current Biology” demuestra que “podemos mejorar la consolidación de la memoria haciendo deportes después del aprendizaje“. El aporte más interesante en esta investigación es el lapso que debe transcurrir entre el momento del aprendizaje y el ejercicio: lo más efectivo es dejar pasar cuatro horas, en lugar de ejercitar enseguida. Lo aprendido queda mucho más incorporado, hasta tres días después de haberlo estudiado.
El hábito de ejercitar no solo favorece el aprendizaje sino que también nos ayuda a estar en calma y con energía en el momento de rendir pruebas o exámenes.
Cuando estamos en periodos de estudio intenso puede ser difícil encontrar un momento para dedicarle al ejercicio. Antes que quedarnos sentados, es recomendable tomar pausas de unos treinta minutos para caminar o correr, y así despejar la mente y retomar la energía necesaria para continuar estudiando.