julio 3, 2017 | No hay comentarios |
Los cambios bruscos de temperatura que vivimos en estas épocas suelen atacar nuestro cuerpo de alguna manera. Hay quienes lo sufren más y quienes menos, pero cuando entramos en la estación invernal, para todos es una prioridad cuidarse del resfrío y la gripe. Pero el invierno no tiene porqué ser sinónimo de caer en cama una o dos semanas a mitad de año. Tenemos a la mano un abanico de hábitos saludables que podemos comenzar a practicar para estar con las defensas altas y protegernos para que el invierno no nos venza. Hoy te traemos algunos de ellos.
Ya sabemos que en épocas de mucho frío se nos hace difícil salir a la calle, y más aún salir a ejercitar. Pero no debemos permitir que esto nos detenga.
Si ya caímos en cama con gripe, lo mejor es no hacer ninguna actividad física y descansar. Pero si apenas estamos con un resfrío o congestión, el ejercicio (aunque no lo creamos) es un gran aliado para combatirlo. La idea es mantenernos activos porque la actividad física nos da energías, produce endorfinas (las hormonas del buen humor) y nos levanta el ánimo en los días grises.
Esto quiere decir que no tenemos porqué someternos a rutinas largas o intensas. Para combatir posibles enfermedades causadas por el frío, podemos optar por una caminata o un trote de media hora, sesiones de yoga, o bailar. También podés dar un paseo en bicicleta o nadar, aunque en estos casos es preferible consultar a un médico. Todos son grandes descongestionantes y alivian el estrés y el malestar que nos produce estar con la nariz tapada.
El ejercicio debemos potenciarlo con una alimentación balanceada, pero principalmente rica en frutas y verduras, grandes fuentes de vitaminas y minerales. Para esto podemos aprovechar muchísimo los vegetales de estación: por algo son típicos de esta época, ¿no?
Los frutos cítricos (naranja, pomelo, mandarina, limón) junto a los tomates, la espinaca, el zapallo o el morrón, aportan grandes cantidades de Vitamina C, esa vitamina que desde niños nos recomiendan consumir porque ayuda a prevenir los resfriados y aumentar las defensas.
Otra vitamina imprescindible por sus respuestas antioxidantes es la Vitamina E. La podemos encontrar mayormente en vegetales de hojas verdes, cereales integrales como la avena, en aceites (de oliva, de girasol y de soja) y en frutos secos como las semillas de girasol o las nueces. Todos ellos promueven una mejor respuesta natural de nuestro organismo frente a las infecciones.
Otros alimentos como la miel, el jengibre, las legumbres, el pescado y los lácteos son grandes soldados de batalla contra los síntomas de una gripe que se acerca y nuestro estado de ánimo decaído.
¿Te recomendamos una bebida caliente anti-frío por excelencia, simple y económica? Té con limón, miel y jengibre. Cantidades a gusto (aunque los diabéticos deben tener cuidado con la miel).
Hay otras prácticas que podemos implementar y complementan muy bien la alimentación saludable y la actividad física para mantener la gripe a raya:
No siempre tenemos que recurrir como primera opción a medicamentos o productos químicos, tenemos al alcance opciones naturales que nos harán igual de bien. Ahora que sabemos que podemos prevenir una gripe de formas muy sencillas, ¡que el frío no nos detenga!