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abril 4, 2017 No hay comentarios

Actividad física para niños: por qué tus hijos deberían empezar ya

El deporte es saludable para cualquier edad. Aunque en general los niños son más activos que los adultos, es importante que padres y educadores incentiven el deporte como hábito, no solo para mejorar su calidad de vida sino también para acompañar su crecimiento y desarrollo, sobre todo en un mundo donde las tecnologías invitan al sedentarismo. Si tus hijos (ahijados o sobrinos) tienen una vida plena hoy y adquieren el gusto por la actividad física, seguramente mantengan una vida activa en el futuro.

Los niños y el deporte: ventajas más allá de lo físico

El deporte, aparte de servir como actividad complementaria para el desarrollo físico y para ayudar a tener una vida saludable, hace eco en la personalidad de los más chiquitos cuando practican alguna disciplina. Al sentirse saludables, desarrollan plenamente cualquier otra actividad. Además, los deportes ayudan a mejorar la coordinación, algo que mejora su autoestima y marca positivamente su personalidad.

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Y otra cosa: cuando las actividades son en equipo, los pequeños aprenden a trabajar en grupo, tanto con sus iguales como con los adultos. Los valores sociales e individuales que pueden sumar a su personalidad son muchos y muy buenos:

• Aprenden y mejoran su relacionamiento con otras personas

• Adquieren la capacidad de acatar normas y buscar objetivos en común junto a otros

• Incorporan hábitos de convivencia al aprender a respetar normas e interactura con otros miembros del grupo. Esto potencia valores como el respeto, el compañerismo, la solidaridad y la empatía.

• Estimulan la capacidad de ser más responsables, de perseverar, de saber aceptar las derrotas para seguir adelante y seguir luchando por un objetivo.

Cuándo y cómo incentivar a los chicos a hacer deporte

Hay errores muy comunes a la hora de buscar que tu hijo o tu hija hagan deporte, que pueden derivar en que no quieran practicarlo. Lo que suele suceder es que algunos deportes simplemente no son de su agrado, mientras que otros seguro captan su atención y entusiasmo.

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El primer consejo: no incentivar el deporte errado. Hasta los más grandes deportistas que destacan en una disciplina, fueron poco efectivos en otros deportes (algo que incluso les sucede a varios medallistas olímpicos). Así que si el niño se siente frustrado por no cumplir con los parámetros mínimos de algún deporte que practica, la respuesta casi siempre es dedicarse a un deporte distinto. A veces los más populares no siempre son los más adecuados para cada pequeño.

Escuchar. Muchas veces se considera que por ser varón va a querer jugar al fútbol o si es nena va a querer hacer gimnasia artística. Y si escuchamos a nuestros hijos, podemos descubrir totalmente lo opuesto. Es el propio niño el que puede indicarte un deporte en el que no habías pensado y en el que puede sentirse pleno y desarrollarse mejor. Y siempre, la decisión del niño es ley. El rol del adulto es animarlo y alentarlo, pero también respaldar sus decisiones. Ellos deciden, y nosotros estamos ahí como guía y apoyo.

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Tiempo al tiempo. Hay etapas para cada deporte y para cada persona que lo practica. Si un niño no quiere practicar algún deporte, también puede ser que aún no sea el momento para que lo practique. A veces el niño no tiene todas las herramientas que el deporte demanda y por eso no lo practica bien o no le gusta. Cuando desarrolle las habilidades necesarias para practicarlo y comprender las reglas de la disciplina, puede llegar a disfrutarlo. No hay que tener miedo de volver a intentarlo después de un año o dos.

Mucha paciencia y cero presión. Cuando el deporte elegido no es el correcto, hay que intentar con otro, y si tampoco lo es, con otro, y así hasta dar con el adecuado. La diversidad de disciplinas es tan amplia que seguro encontrás el deporte adecuado para que tu hijo sea feliz practicándolo. Y por eso no hay que presionar para que practique algo que no quiere, ni hacer varios intentos con algo que ya no funcionó. Si le tiene miedo a la pelota, puede hacer natación. Si no le gusta correr, puede andar en bicicleta. ¿O quizás patinaje? ¿Equitación? Ver videos o películas de distintos deportes puede ayudar como inspiración y motivar al niño.

El rol de la escuela. Los expertos dicen que los chicos deben hacer 20 minutos de actividad física cada 90 sentados. Es importante conocer los programas de educación física de la escuela para asegurar que nuestros chicos estén en movimiento también durante su jornada escolar.

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– Cuando el deporte está fuera del deporte: A no ahogarse en un vaso de agua si los niños no encuentran un deporte específico que les guste. La idea es evitarles una vida sedentaria: lo más importante es pensar actividades que lo mantengan en movimiento todos los días. Para tonificarse, oxigenarse y obtener todos los beneficios de la actividad física basta que el niño se mueva, corra, salte.
Estos objetivos se logran con muchos juegos infantiles que mediante la diversión ponen en acción al cuerpo. Así que jugar a la mancha, a la escondida, a andar en bicicleta, o llevarlo al parque para que corra a sus anchas sin más, son opciones siempre bienvenidas y pueden generar un lindo momento en familia.

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