diciembre 30, 2016 | No hay comentarios |
Cada persona tiene sus propias tradiciones para despedir el año que termina y recibir el que llega. Algunos rompen los almanaques, otros dan una vuelta a la manzana con una valija, hay quienes tiran un balde de agua a la calle, y el año pasado se puso de moda lanzar globos chinos encendidos. Tambipén están los que hacen todos estos rituales (y hasta se inventan algunos). El cambio de año es un momento muy especial para agradecer lo que hemos logrado en los últimos doce meses, despedir lo que no fue tan lindo, y abrirse a recibir todo lo bueno que está por venir.
Pero no porque cambie la cifra del calendario el mundo necesariamente cambia: lo que debe cambiar somos nosotros. Y por eso, el Año Nuevo es el momento perfecto para proponernos esos pequeños cambios hacia una vida más sana y plena, cuidándonos y disfrutando mucho más cada día. Para que el “Feliz Año Nuevo” no sea solo una frase hecha, y se convierta en nuestra realidad, compartimos siete resoluciones para el 2017, perfectamente a tu alcance.
La risa nunca es suficiente, ¿verdad? La meta este año: que no pase un día sin haber reído. Si no lo sabías, reír es una gran medicina: no solo nos relaja y alivia el estrés, sino que tiene beneficios para el sistema inmunológico y es un analgésico natural. No es necesario un chiste para reírnos: incluso cuando estamos solos, podemos probar abandonando el gesto de preocupación y esbozando una sonrisa. De a poco la convertimos en una risa hasta llegar a la carcajada. El efecto liberador es increíble.
“Voy a hacer más ejercicio” es una resolución que muchos se proponen más de una vez en el año. Para aquellos que todavía no han podido romper con el sedentarismo, les recomendamos algo muy sencillo para la primera semana de enero: poner el despertador más temprano de lo habitual, comer una fruta, calzarse los championes y salir a caminar media hora.
Si lográs generar este hábito todos los días (también puede ser después de trabajar, aunque ahí está el riesgo de que te gane el cansancio), ya habrás dado un gran paso hacia una vida más saludable. También durante las vacaciones es importante hacerse un tiempo para ejercitar, más si podemos trotar en la playa (tomá nota de estos consejos para ejercitar en verano).
Y para quienes ya tienen una rutina de ejercicios diaria, la resolución es intensificarla y ponerse nuevos objetivos: mejorar una marca personal, agregar diez minutos diarios, o contagiar a los amigos que han estado quietos todo el año.
Otra linda resolución para quienes ya hacen actividad física regularmente: empezar algo nuevo. Puede ser clases de baile, salir a patinar, empezar a nadar, unirse al equipo de algún deporte cerca de casa, comenzar a practicar yoga. No solo conocerás nuevas personas, sino que te conocerás más a vos mismo, al descubrir nuevos movimientos y posibilidades que aún no habías puesto en práctica.
Alimentarse mejor –sobre todo después de un mes como diciembre, donde las comidas y bebidas suelen excederse- es una de las resoluciones que todo el mundo se plantea para el Año Nuevo. Pero para realmente lograrlo, es importante hacer una lista de cambios de alimentación concretos. No proponerse “voy a comer menos” o “voy a comer más sano”, sino plantearse reducir la cantidad de azúcar y sal agregada, evitar consumir alcohol entre semana, comer dos piezas de fruta por día, agregar vegetales y cereales al desayuno.
Esta resolución pareciera no suponer ningún esfuerzo (¿a quién no le gusta dormir más?), pero en el día a día estamos tan agobiados con las actividades que muchas veces olvidamos la importancia del buen descanso. Si sos de los que consideran un gran logro llegar a las cinco horas de sueño, una gran determinación para este año es dormir al menos 7 horas por día (acá te dejamos varios consejos para lograr un mejor descanso). Dormir mejor nos ayuda a encarar la jornada laboral con más energía, concentración y creatividad, además de prevenir enfermedades y trastornos del sueño.
Es fácil proponerse “un año sin estrés”, pero en la práctica no siempre es tan sencillo mantener la calma en el trabajo cuando las tareas se acumulan y todo es “para ayer”. Para lograr mantener la mente sana incluso en días muy agitados, es fundamental tomarse una pausa cada día (o más de una) para relajar hombros y cuellos, respirar profundo, descansar los ojos. La pausa activa con gimnasia laboral ayuda muchísimo a combatir el estrés, al igual que los masajes laborales y la yoga laboral.
Una vida sin estrés implica poder demarcar la jornada laboral del resto de nuestro día, y aprovechar para hacer cosas que nos gusten. Ya sea ver una película, anotarse en un taller de pintura, poner música y cocinar una receta nueva, o relajarse a leer en el balcón… Es fundamental hacerse un espacio para uno mismo y desconectarse de las obligaciones, al menos una vez en el día.