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Productividad
octubre 21, 2015 2 comentarios

Cómo mejorar la productividad laboral

“No me dan las horas del día”. Esa es una frase que, de forma cada vez más recurrente, escuchamos dentro de una empresa. Muchas veces terminamos la jornada laboral tratando de liquidar en diez minutos una tarea que deberíamos haber completado hace horas. En consecuencia: trabajamos muchas más horas extra innecesariamente, finalizamos el día de trabajo con mucha tensión, y llegamos a casa mucho más agotados. Y es que la mayoría de las veces no es que nos falte tiempo, sino que no estamos empleándolo con eficiencia. Es decir, no estamos siendo todo lo productivos que podemos ser.

La productividad es la capacidad de aprovechar al máximo las horas laborales para hacer un mejor trabajo en menos tiempo. Es un factor estrechamente ligado a la salud laboral. Si somos productivos, tenemos menos riesgo de estrés y llevamos una vida más sana dentro y fuera de la oficina. Y a la vez, si tenemos hábitos saludables, vamos a ser más productivos. ¿Cómo empezar mañana mismo a entrenar la productividad? Te damos diez consejos para hacer rendir las horas del día al máximo.

1. Descansar bien y levantarse temprano.

Ya hemos hablado largo y tendido de la importancia del sueño en la salud laboral. Dormir un promedio de ocho horas sin interrupciones es fundamental para encarar la jornada llenos de energía y mucho más concentrados. Para ser más productivos, es recomendable levantarse temprano y darse un tiempo para desayunar y aprontarse con calma. Llegar al trabajo a las apuradas ya nos da una cuota de ansiedad y cansancio que afectará nuestro rendimiento durante las primeras horas.

2. Planificar la jornada.

Organizarse es vital. La planificación no lleva más de media hora y nos ayuda a hacer rendir la jornada mucho más que si vamos encarando tareas de manera desordenada. Apenas llegar a la oficina, hay que tomarse un rato para armar la agenda de lo que haremos en el día, estableciendo plazos y prioridades.

Planificación

3. Lo más difícil, primero.

En lo posible, hay que afrontar las tareas más complejas al principio del día, que es cuando estamos más enérgicos y concentrados (y lo podremos resolver más rápido, y mejor). Si lo más difícil lo dejamos para el final, en el apuro (y con el cansancio) seguramente haremos un trabajo de menor calidad o cometeremos errores que luego nos llevará el doble de trabajo enmendar.

4. Resolver lo simple y urgente en el momento.

¿Llegó un mail con una consulta que podemos contestar en el instante sin pensar demasiado? No la archivemos para responderla después. Pensemos en los minutos que luego tardaremos en encontrarlo. Además, la acumulación de pequeñas tareas trae el riesgo de que las olvidemos.

5. Menos multitasking.

Parece una paradoja, pero cuantas menos cosas hagamos al mismo tiempo, más nos podremos enfocar para hacer cada una bien y, a la larga, vamos a demorar menos. Además, la calidad del trabajo siempre será superior cuando le dedicamos a cada tarea el tiempo que merece. Y si las responsabilidades son tantas que evitar la multitarea se hace imposible, es hora de pensar en delegar tareas o ampliar el equipo de trabajo.

6. Pausa activa.

Para aumentar la productividad hay que saber cuándo hacer una pausa y tomar un descanso para despejar la mente. Caminar por la oficina unos minutos o salir al patio nos recarga de energía para continuar la jornada. La pausa activa que propone la gimnasia laboral es ideal para quebrar el sedentarismo y descansar la mente. También son muy efectivos los masajes laborales. Después de estos minutos de relajación, volvemos al escritorio con la mente fresca para encarar las tareas con más ímpetu y creatividad.

7. Orden en el escritorio y la computadora.

Si nuestro espacio de trabajo (físico y virtual) está desordenado, perdemos mucho tiempo buscando archivos y materiales. Esos minutos sumados ocupan una parte importante de la jornada, que podríamos destinar a avanzar en las tareas. Además, un entorno ordenado incide positivamente en nuestro estado de ánimo, lo cual ayuda a la productividad.

Orden

8. Relajación mental.

Detenerse unos minutos a respirar hondo, cerrar los ojos y descansar la mente es un buen método para recobrar la calma y continuar trabajando más animados. Muchas personas apelan a los mantras personales (“Yo puedo hacer esto”, “No hay excusas para no hacer lo mejor”, o lo que se te ocurra para mantener actitud positiva).

9. Hacer ejercicio.

Además de darnos incontables beneficios físicos y psicológicos (mucho más si se hace en contacto con la naturaleza), el ejercicio es un gran aliado de la productividad. Los expertos recomiendan hacer actividad física en la mañana, antes de encarar la jornada laboral. Sí, hay que levantarse bastante antes, pero llegamos al trabajo con la mente en positivo y mucha energía. Hacer ejercicio luego de la jornada laboral también es bueno porque nos ayuda a relajarnos y a dormir mejor en la noche, lo que nos dará más energía al día siguiente.

Como vemos, todos los consejos son simples. Con pequeños cambios de hábito podemos mejorar la productividad sin necesariamente trabajar más horas o hacer todo más rápido. Ser más productivos no solo es bueno para la salud laboral, sino que es una llave para el éxito profesional y el crecimiento empresarial. ¡Empecemos mañana mismo!

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